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Los aficionados al mototurismo se dividen en tres categorías en función de la motocicleta utilizada y de la edad del aficionado.  Los más veteranos gustan de las motos clásicas, de disfrutar de la conducción y de la carretera sin grandes velocidades.  Los amantes de las motos de carretera prefieren las jornadas de viaje largas, bien planificadas y rodadas a mayor velocidad. Por último están los aficionados a las “trail”, cuyo mayor espíritu aventurero y gusto por la naturaleza les lleva a recorrer lugares recónditos gracias a la mayor movilidad que ofrecen este tipo de motocicletas. Ambos sellos reproducen con la forma de las típicas pegatinas de lugares turísticos una motocicleta y una autocaravana respectivamente con un fondo de monumentos representativos de diferentes provincias españolas.