FESOFI 2744

Dentro de los graves problemas que afectan al mundo laboral los accidentes de trabajo ocupan un lugar destacado, consecuencia del binomio trabajo-riesgo presente en cualquier circunstancia y situación de la actividad humana. Más de medio millón de trabajadores sufren, anualmente en España, las consecuencias de esta auténtica lacra social. Para el control del riesgo y la ruptura de la secuencia de hechos que concluyen en la materialización del accidente de trabajo existe una serie de medidas de prevención y protección de cuya puesta en práctica todos debemos sentimos responsables. En España, el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo es el Organismo encargado de la gestión, asesoramiento y control de las acciones técnico prevencionistas dirigidas a la disminución de los riesgos laborales y, como consecuencia, de los accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, trabajando en estrecha colaboración con otra serie de entidades de carácter público o privado. Dentro de la amplia variedad de formas en que un accidente laboral puede originarse, existen tres muy caracterizadas que además suelen tener graves consecuencias para el trabajador, son las caídas de altura, los incendios y los contactos eléctricos. La corriente eléctrica es fuente de numerosos accidentes de distintas consecuencias para el trabajador. Existen reglamentaciones y normativas que contemplan las condiciones de seguridad de las instalaciones y aparatos eléctricos así como de las medidas de prevención que deben adoptarse durante el trabajo. La puesta en práctica de todas ellas ofrece al trabajador unas condiciones prácticamente imposibles de entrar en contacto con la electricidad, evitando un riesgo que podría traducirse en un accidente de las peores consecuencias.