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Hasta 1790 todos los vehículos de dos ruedas las tenían paralelas, pero ese mismo año el conde de Sivrac ideó uno que, aunque con dos ruedas, éstas estaban colocadas una detrás de la otra, unidas por una pieza de madera. Qué lejos nos encontramos de aquel viejo artificio que se llamó “velocípedo” después. El artilugio se fue perfeccionando, y ya en 1868 se celebró la primera carrera homologada en el parque de Saint-Cloud, en la que resultó vencedor un médico veterinario Inglés llamado James Moore. Pero la auténtica primera gran prueba se corrió entre Paris y Ruán, al año siguiente, y alcanzó un éxito popular extraordinario. Los ciento veinte kilómetros que separan ambas ciudades se cubrieron en 10 horas y 40 minutos. Todo un récord. El ciclismo en España entró a través de Cataluña, y así, en 1884, se funda el club Velocipédico, inicial en su género. La primera gran prueba por etapas fue la Volta a Catalunya, que se celebró en 1911, es la tercera prueba mundial en antigüedad. La Vuelta a España se inicia en 1935, de la mano del periódico Informaciones.